Arquitectura surrealista
Hace cinco años exactamente me independicé junto a mi pareja. Decidimos vivir en alquiler (por nuestros ingresos y situación económica, además nunca he entendido las aspiraciones de tener un piso en propiedad). Bueno últimamente voy entendiendo...
Nuestra primera vivienda se encontraba en el casco histórico de la ciudad. Desde siempre me ha gustado pasear y vivir en este entorno; estrechas calles, luces y sombras arrojadas donde tienes que alzar la mirada.
Era pequeño, unos 40 m2 con salón, cocina, baño y dormitorio, lo que hoy llamaríamos un mini piso. Hace un año cruzamos el río para habitar en un piso más grande.
La verdad ninguno de los dos pisos me gustaba, del primero me enamoré del entorno y la segunda decisión fue puramente económica.
A que viene toda esta retahíla...
En ambos pisos he encontrado el mismo problema: LAS INSTALACIONES, ¡no! no imaginéis un piso de hace 50 años, a lo sumo el más antiguo tendrá 15 años. Yo creía que esto era un problema exclusivo de los pisos viejos, pero los he visto también en la construcción de obra nueva (lo cual es mucho más grave...)
Hablamos en los blog de Zaha, de Koolhaas, Herzog & de Meuron, etc... yo últimamente sólo veo fachadas, nuevas formas, nuevos materiales que brillan y molan más...
Pero imagino que también se embozaran los desagües, necesitaran más tomas de corriente o simplemente la señora decidirá cambiar la ubicación de una lámpara en el techo. Estos problemas mortales, tendrían que ser rápidos y sencillos...
Vivimos en una época llamada digital, virtual... y es casi imposible resolver uno de estos problemas cotidianos dentro de una vivienda sin generar ingentes cantidades de escombros y molestias. En cambio puedo ampliar la memoria de un ordenador abriéndolo e introduciendo una simple pieza en un par de minutos, sin dañar o romper nada. Le Corbusier hablaba de autos y aviones, los cuales podemos reparar sin romper, basta simplemente con desmontar, cambiar y volver a montar.
Un ordenador cuesta aproximadamente 1.000€, un coche unos 12.000€ y una vivienda media 300.000€
Cambiar el disipador de una CPU nos costará unos 30€, bastará con eliminar el ventilador antiguo y tener que guardar en algún bote un tornillo sobrante (el tema de los tornillos también se merece otro artículo). Sustituir el foco de un coche con mano de obra especializada rondará los 150€, pero ¡ay de ti! como tengas que cambiar el desagüe de la lavadora...
De la construcción pasamos al surrealismo, que mejor ejemplo que los guiones de Javier Fesser: “Si hay que sanear, ¡Se sanea!”
Me gusta ir a las conferencias del COAA y ver a tantos buenos arquitectos explicar su visión de la arquitectura, escuchar en el despacho a los ingenieros y comprar muchos croquis y tectónicas...
No me imagino la escena en un taller mecánico donde para sustituir la luz del coche, el oficial de primera me diga: “primero tendremos que romper el capó, eliminar varias piezas, cortar la chapa, sustituir el foco, soldar y poner un nuevo capó”
Hoy hablamos de arquitectura sostenible, arquitectura ecológica, en fin que todavía esta muy verde. La realidad es que vivimos dentro de una arquitectura surrealista y pagamos astronómicas cantidades de dinero, y nadie se sorprende por ello, elogiamos a nuestros arquitectos e ingenieros contemporáneos y ponemos las manos en la cabeza cuando una persona se gasta casi 5 millones de euros en el cuadro titulado: "Mi esposa desnuda mirando cómo su propio cuerpo se convierte en peldaños, tres vértebras de una columna, cielo y arquitectura", eso sí:
“Si hay que sanear, ¡Se sanea!”
3 comentarios
y -
fernando mh -
Yo estoy deseando que llegue ese día.
andrés -
Saludos