El niño que juega en el lodo pero que posa como una estrella

Tenía por casa algunos cuentos de Poe traducidos por Jorge Luis Borges y un magnífico libro con los textos que Baudelaire le dedicó.
He salido a comprar tabaco y dar una vuelta... y he llegado a casa con todos los cuentos de Edgar Allan Poe, en una magnífica colección de Galaxia Gutenberg traducidos por Julio Cortazar e ilustrados por Joan-Pere Viladecans.
Tenía pensado escribir esta tarde sobre una obra de Aldo Rossi que me apasiona, pero la verdad, prefiero recostarme en el sofá y leer La isla de la Hada (Siempre podemos duplicar la belleza de un paisaje si lo miramos con los ojos entornados)
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